Cuando se inicia una negociación uno
debe tener muy claro que, aunque lo ideal sea llegar a un acuerdo,
es posible que en algún momento no quepa más alternativa
que romper la misma.
Uno debe tener muy presente que no hay que llegar forzosamente a un acuerdo; hay que intentar por todos los medios lograrlo, pero si esto no es posible es preferible dar por concluida la negociación.
Esto que parece tan evidente muchas
veces se olvida y el negociador siente la presión de que
tiene que alcanzar un acuerdo a toda costa, de que no puede
volver a su empresa con las manos vacías, lo que termina llevándole
a cerrar un mal acuerdo.
Romper una negociación no resulta
fácil, exige valor, no obstante resulta menos difícil tomar
esta decisión cuando uno ha contemplado esta posibilidad como
uno de los posibles resultados de la negociación.
La ruptura puede ser temporal
o definitiva.
La ruptura temporal se puede utilizar como forma de presionar a la otra parte para que rectifique su posición y haga alguna concesión. En este caso no hay voluntad de romper definitivamente la negociación sino simplemente de darle un toque de atención al interlocutor ("o modificas tu posición o va a ser imposible llegar a un acuerdo").
Uno no debe precipitarse a la hora
de romper las negociaciones.
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En este blog, encontrarás una guía del contenido de la asignatura Proceso de Negociación para Mkt
Romper la negociación
Romper la negociación
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